Wednesday 11 April 2007

no title

Sabía que no podía alcanzarla. Por más que lo intentara, ella estaba a cientos de kilómetros de distancia. Solo le quedaba seguir haciendo lo que había hecho todos estos años. Como todos los jueves, se dirige a la plaza del pueblo, por la calle de la lavandería. Juega con sus manos intranquilas y desordena su cabello mientras camina, pensándola.

Esa noche había soñado con ella. Caminaban juntos por la avenida y ella reía. La sentía cerca, la sentía real. No tenía que esconder lo que sentía porque ella estaba ahí. Estaba ahí y no se iría. Lo podía ver en sus ojos que se veían amarillos por la luz de la tarde. Esa tarde perfecta. No tenía miedo y no había nada en medio que impidiese que fuera posible. Podría caminar con ella toda la eternidad..

Dobla a la derecha en la esquina y se encamina a aquel banquillo debajo del nogal. Allí está ella, esperándolo. No es que el venga tarde, sino que ella acostumbra llegar temprano. Y allí se sienta junto a ella, a escucharla, mirándola de reojo. El sabe que ella lo quiere y que le confía sus más recónditos secretos, sus penas de amor y sus alegrías. Sabe que es su cómplice y que cuenta con ella. Pero sabe que no debe decirle la verdad. Sabe que debe callar y esconderse, de lo contrario, nunca más podría mirarla a los ojos, a esos bellos ojos. Mientras ella habla, el recuerda la tarde en que ella estaba cerca, fuerza una sonrisa y suspira. Nunca podrá alcanzarla.


Esto es lo que recuerdo de un cuento que escribí para el colegio hace un par de años. Lamentablemente lo perdí.

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2 Comments:

Blogger Matías Espinosa y Angela Ramírez said...

Me acuerdo que en una pelicula alguien le dijo a otra persona... creo que era la aldea, pero no estoy seguro... "el te quiere tomar las manos, solo que no hace lo que quiere hacer. Siempre hacemos lo que no queremos hacer". Cuando escuche eso me pregunte muchas cosas... esta bien? esta mal? Tambien dije: quiero volver a ser niño. Cuando uno es niño solo hace lo que quiere, y si no se puede, por lo menos lo manifiestas. A veces eso hiere a las personas. A veces no ser prudente tambien lo hace.

Encuentro que hay un poco de valentia en el joven de tu historia. Espero que algun dia se anime y le vaya bien en el intento.
Esta historia tambien me hizo acordame de otra que me enviaste hace ya mucho tiempo que era de una joven que se subia a un carro y ella pensaba mientras el caballero que conducia la llevaba. No recuerdo mas. Seria bueno que la pusieras para leerla de nuevo, si puedes claro.

Nos vemos.

M.E.E.

16 April 2007 at 19:58  
Blogger Likan Manik Oxlahun said...

k lindo!

20 April 2007 at 17:10  

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