historias
Cuando era chiquitita inventaba historias. Cada cierto tiempo, un nombre distinto, uno raro que me gustara más que el mío. Trabajos, familias, rutinas. Vidas de gente grande con disfraces de niña, cortes de pelo y la estatura adecuada; un juego de supuestos, la vida de otra persona, de un alguien que existía sólo porque así lo decidía yo.
Se me perdieron los disfraces y me quedó la vida. Esa de verdad. Esa en la que hay trabajos, familias y rutinas reales y que son mi responsabilidad. Me toca vivir con mi propio corte de cabello y estatura, en el más amplio sentido de la palabra. Quizá no es como pensaba, pero me está encantando esta historia no ficticia.
Se me perdieron los disfraces y me quedó la vida. Esa de verdad. Esa en la que hay trabajos, familias y rutinas reales y que son mi responsabilidad. Me toca vivir con mi propio corte de cabello y estatura, en el más amplio sentido de la palabra. Quizá no es como pensaba, pero me está encantando esta historia no ficticia.
1 Comments:
A cada uno nos toca representar un papel en esta obra, nos guste o no, la diferencia está en cómo la personificamos y cuán cómodos nos sentimos en ella.
Me alegra que estés a gusto con tu personaje y dedícate a disfrutar, que finalmente caerá el telón, muchas veces antes de lo que quisiéramos.
Besos!
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