
Considero que mis decisiones tomadas a la luz del día, son bastante más confiables que aquellas que se forjan después del ocaso. En la penumbra y bajo el manto estrellado, el mundo adopta otras formas de lo concebido como realidad. Pero, ¿acaso es menos realidad a una hora o a otra? No por un asunto místico o de poderes sobrenaturales, la noche acentúa lo poco racional; se olvidan los firmes motivos o las dudas frecuentes; de un modo o de otro, se tornan borrosos los límites.
Y amanece. Y todo es distinto: esto se mueve un poco hacia allá; aquello, hacia acá. Siento distinto, pienso diferente. Tengo mayor control sobre lo que veo, sobre lo que hago.
Aunque, claro está, los problemas se presentan al atardecer; a esos momentos entre las seis y las siete - o las ocho, en otra época del año - en que no quieres saber si es de día o si es de noche. Esa, es la hora en que, sin más dilemas, se te deja vivir.
3 Comments:
y las sombras que entrega la noche, que te dejan disimular lo que la luz del día grita por tí.
Sí, algo tiene la noche... pero no sé si se pueda decidir entre ella y el día, pero es cierto que en esta mutación del clima-tiempo-estación, uno también quiere seguirle la corriente a la onda y mutar, creer que algo cambió, cuando quizá todo sigue igual y hacer de la noche otro evento y del día un intento.
BesotE!
me gusta tu escritura :)
lala
pq todo tiene que ser tan sombrío y lleno de misterio?
don't worry, be happy, jesus is with ya
hugs & kisses from Mendoza, Argentina =)
xau
Soy Hugo Espinoza, llegué a vuestra bitácora por medio de unos compañeros de periodismo de la UCV. Hice una referencia en el mismo sentido sobre lo que pasa en la noche en mi blog, creo que la entrada es "delirios contemporáneos", te invito a realizar una visita. Me daré una vuelta la próxima semana. Muchos saludos.
Post a Comment
Subscribe to Post Comments [Atom]
<< Home