Thursday 4 October 2007

La niña de los zapatos rojos


Cuando era pequeña, tenía un par de zapatos rojos que creo haber usado hasta que los deditos de mis patitas de empanada sufrieron el martirio de mi capricho.
Me gustaban los vestidos - mientras más de niñita de foto de revista, mejor -, las faldas con flores o escocesas y, por supuesto, los zapatitos y los calcetines con vuelitos que combinaban con el resto del atuendo. Niña de chalequito con botones y colores sobrios, mis zapatos nunca fueron muy estrafalarios. Botitas, zapatos de charol. Pero ninguno como los atrevidos zapatos rojos. Me pregunto por qué no los guardé..

[Nota al margen] Siempre ha sido un suplicio para mí, la compra de zapatos. Incluso aquellos negros y sin ni una gracia que debía usar para el colegio eran dignos de un recorrido por todas las zapaterías de la Calle Valparaíso, para luego decidirme por los de la primera tienda. Pero mis zapatos nuevos siempre salían caminando de la tienda -a excepción de los de colegio- mientras los viejos entablaban una relación con la oscuridad de la caja en la bolsa de la zapatería [Fin de nota al margen].

A veces quisiera volver a ser la niña de los zapatos rojos - no se aceptará ningún comentario acerca de Dorothy y los zapatos de rubí - y de esos vestidos con amarra en la espalda. Hoy, las zapatillas han reemplazado al calzado de niña ingenua, de pisadas ligeras que casi no dejaban huellas en la arena; ahora el rastro es profundo, hijo de pasos pesados. Ya no son zapatos para jugar y corretear, sino para esas carreras olímpicas -muchas veces en sentido contrario, si se me permite agregar- y largas caminatas que desgastan y dejan heridas tanto en los pies como en el alma.

No quiero vivir eternamente con zapatillas, pero tampoco deseo que llegue el cambio de zapatos nuevamente. No me gustan esos zapatos simples y excesivamente sobrios que con la edad se admiten. Ya no anhelo esos tacones que, años atrás, ocupaba al disfrazarme para sentirme grande y bella; quisiera encoger mis dedos y ponerme nuevamente los rojos, esos que me encantaba usar.

..

5 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Linda!
No sabes cuán identificada me sentí con tu entrada ... a pesar de que nunca me había percatado de la potente relación entre los zapatos y la madurez que vamos alcanzando, me parece que tienes mucha razón ...
Yo igual usaba vestiditos amarrados atrás y escoceses, y esas calcetitas blancas con blonditas que usaba con mis zapatitos de charol, son algunas de las cosas que más entraño de esa maravillosa edad en la que nada parcecía ser problema más allá de decidir qué jugar con mi hermana ... Esas tenidas lindas, moños altos y bien peinados con un suave aroma a primavera, son el retrato que guardo de esa niña que aún revolotea en mi cada vez que puede ...



Mi Flan de Caramelo, te quiero montones gigantes y gracias por todo, especialmente por esa sincera sonrisa que me regalas todos los días ...
=**
Nos vemos mañanita
=)
Bye

4 October 2007 at 19:40  
Blogger Dorkmëister said...

siempre añorando el pasado niña loca jejeje

yo creo que va más que extrañas tu niñez en general más que sólo los zapatos...

es obvio que ser grande tiene sus cachos pero piensa en las cosas positivas y verás que no es tan malo

DTB

4 October 2007 at 23:26  
Blogger Live For Words said...

qué rico que tengas recuerdos lindos de tus vestidos y zapatos de la niñez. Quizá es porque tu niñez fue linda. A mi me obligaron a usar vestidos y zapatos de charol - una vea tuve unos amarillos - y me tuve que rebelar para que me dejaran usar pantalones... los cuales no me saco. Cosas que pasan.

7 October 2007 at 00:28  
Anonymous Anonymous said...

que lindo franchi, algún día espero verte con zapatos rojos nuevamente... y con faldita o vestido de "mujer grande" :)*

7 October 2007 at 15:01  
Anonymous Anonymous said...

pueo hacer una relacion ñoña? es como la serie de zapatos que hace Van Gogh....

xD....wenoo...si me encantó....si yo tb uso siempre los zapatos nuevos y dejo a los viejos botados.....e hiciste q me diera penita x los viejos....

me encantó lo q escribiste como siempre!

besos perna! te adoro! gracias x estar siempre

8 October 2007 at 13:45  

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