:/
Las frases ambiguas caen sobre tu cara y te cortan la piel, mientras lo que intentan decirte se queda fuera: no puede tocarte. Y tus ojos se cierran, bloquean la imagen para que así duela menos. Intentas destrabar tus manos, que sudorosas pelean por quitarle el lugar a la otra, con los dedos que se estorban mutuamente. Y tus oídos. Tus oídos asustados intentan poder concentrarse, capturar los sonidos, distinguirlos para poder reemplazar a los llorosos que se niegan a dejar entrar la luz.
Y sin darte cuenta, todo se desvanece. Se ha ido el dejo amargo y todo parece lejano. Quizás no sonríes, no vuelas. Pero de a poco estás reaprendiendo a soñar. Sí, ha pasado el tiempo ¿Te das cuenta? Se desamarraron los hilos y aún estás en pie; te trizaste, pero no caíste al vacío. Nunca habrá un vacío.
Recordar los momentos incómodos y difíciles me ayuda a ver lo feliz que soy.
Y sin darte cuenta, todo se desvanece. Se ha ido el dejo amargo y todo parece lejano. Quizás no sonríes, no vuelas. Pero de a poco estás reaprendiendo a soñar. Sí, ha pasado el tiempo ¿Te das cuenta? Se desamarraron los hilos y aún estás en pie; te trizaste, pero no caíste al vacío. Nunca habrá un vacío.
Recordar los momentos incómodos y difíciles me ayuda a ver lo feliz que soy.