Es un hecho que somos seres sociales. Vivimos rodeados de personas, cada uno un mundo, una historia que se construye a través de la relación con la vida cotidiana, que no es más que una serie de sucesos, hechos, ideas y objetos, que son subjetivos y que adquieren sentido a lo largo del tiempo. Somos seres con con capacidad de influir en la historia de los demás, y queramos admitirlo o no, en el fondo, bien en el fondo tal vez, todos tememos a la soledad.
Y es que es algo natural, puesto que no fuimos creados para estar aislados, cada uno encerrado en su propia existencia.
La introspección es necesaria, pero también lo es la intersubjetividad, el intercambio de historias, de vidas.
Quizás esta es una manera de entregarme..
Y es que es algo natural, puesto que no fuimos creados para estar aislados, cada uno encerrado en su propia existencia.
Es cierto que muchos de nosotros apreciamos e incluso anhelamos instancias de reflexión, de tiempo para uno mismo, simplemente, de apartarnos del ruido, de la gente. Pero es distinto eso, a vivir en soledad, a habitar rodeado de personas pero completamente solos.
Cada persona encuentra un determinado momento en su vida en que es adecuado abrirse, mostrarse al otro.
Tener la capacidad de entregar la propia subjetividad y de recibir la del otro, eso es comunicación.Cada persona encuentra un determinado momento en su vida en que es adecuado abrirse, mostrarse al otro.
La introspección es necesaria, pero también lo es la intersubjetividad, el intercambio de historias, de vidas.
Quizás esta es una manera de entregarme..